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Un regusto de claridad en la poesía de Rafael Cadenas
Por Eduardo Zambrano
Este próximo 8 de abril de 2025, el gran poeta venezolano Rafael Cadenas, habrá ya cumplido 95 años. En su larga trayectoria de reconocimientos podemos destacar el Premio Nacional de Literatura de Venezuela (1985), Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2009), Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2015), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2018) y el Premio Miguel de Cervantes Saavedra de Literatura en Lengua Castellana (2022). Pero más allá de estas distinciones lo que debemos celebrar ahora en su aniversario es la poesía, acercarnos a ese espacio de libertad donde las palabras viven (y nos dan vida) a través de una búsqueda sosegada en el misterio, en el asombro, en lo que nos define (y nos defiende) como hombres. “La búsqueda”, es precisamente el título del siguiente poema:
Nunca encontramos el Grial.
Los relatos no eran verídicos.
Sólo la fatiga de los caminos acompañó
a los que se aventuraron,
pero se esperaban historias,
¿qué sería nuestro vivir
sin ellas?
Nada se resolvió,
hubiéramos podido quedarnos en casa.
Es que somos tan inquietos.
Sin embargo, concluido el viaje
sentimos que en nosotros
—ya no rehenes
de la esperanza—
había nacido
otro temple.
La voz poética en Rafael Cadenas, la que con el tiempo ha venido madurando, podría presentarse como una particularidad que se revela a través de una sabiduría sencilla y sensible. En su poema “Musa”, lo que se le pide a la inspiración se reduce a lo estrictamente necesario:
Concédele al poeta,
si la humildad no lo ha abandonado,
las palabras justas
para su tarea: no decir lo que se espera
sino
ser vocero
de la más oculta necesidad.
Una actitud humilde, para encontrar las palabras justas que le confieran el más alto grado de la solidaridad humana: sabernos unidos en la necesidad, en la carencia, eso es lo que el viejo poeta pide ya para seguir escribiendo.
Rafael Cadenas ha sido fiel a esas preocupaciones propias de su entorno social, igual es una constante su diálogo permanente con el misterio que emana del mundo; sin embargo, en sus últimos poemarios el lenguaje pareciera que se adelgaza para intentar desaparecer ante el “Asedio” de la realidad:
El cerco
ahora el cerco
y no hay queja
sino el regusto
de claridad,
lo real soleado,
en apertura,
dándose.
Otra particularidad de Rafael Cadenas es que en su escritura (con una actitud agradecida) se transparentan sus lecturas. En torno a Basho y otros asuntos (Editorial Pre-Textos 2016) la poesía (las palabras) se ofrecen como un medio para acceder al asombro en el tránsito de lo cotidiano:
El Tao lo que hizo fue jugar
con Basho, la rana, y el agua
para facilitarte al poeta el gran hallazgo.
…
Es arduo desocupar la mente.
Basho lo había logrado y el ruido
del agua volvió a llenársela.
…
Estas líneas que trazas
te mantienen
como un vigilante nocturno.
Con toda intención transcribí este último verso donde se habla de un “vigilante nocturno”, una presencia (que aún sumergida en la oscuridad de sus pensamientos) está atenta a lo que sucede en el entorno; nadie puede ser solidario con sus semejantes tan sólo de palabra, por eso el mismo poeta, desde su exilio, les recrimina:
LA DEUDA DE LAS PALABRAS
El filólogo las espía
les averigua su vida
lugar de nacimiento,
fecha, linaje, eclipses,
regresos, qué desean,
cómo vinieron a dar aquí
donde se esconden para no ver,
a qué hora sufren o si aún cantan.
Hace tanto se amigó con ellas.
Les reprocha, eso sí, que se vuelvan
cortesanas, que se alquilen,
que se deshonren,
pero sobre todo que cuando los dictadores
las usan, ellas no les queman los labios.
Se suele pensar que tan solo por la gracia del tiempo, de los años, el hombre accede a un cierto grado de sabiduría, generosidad, desprendimiento, pero no es así; en un poemario anterior al ya referido, en Sobre abierto (Pre-Textos 2012) hay un poema dedicado a Alan Watts, que es una referencia obligada para entender la occidentalización de ciertas filosofías orientales, pensamientos que apuntan a conciliar al individuo con su entorno, la sociedad y la naturaleza:
Las nubes
van hacia el cerro
a plantar sombras.
…
Una flor se abre paso
en la pared, por donde
apenas asoma, tan callando.
…
Te has dejado llevar.
Tal vez otro camino
te esperó en vano.
Eres una contramarcha
sonriente.
Como comentaba, el desprendimiento y la generosidad en Rafael Cadenas son ya la constante que marca la obra de sus años más recientes. En su hasta ahora último registro poético, A Rilke, variaciones (Galaxia Gutenberg 2024), el poeta retoma algunas anotaciones que se le habían traspapelado por los años, el poeta sabe que llegó tarde a la lectura de Rilke, y muchas veces esta aparente simpleza nos agobia. Entonces el “hubiera” de una lectura que nos marcó tardíamente nos quita el sueño:
Me estremece
la palabra destino
Hubiera sabido antes
que residimos fuera del tiempo
hubiera visto que nuestro miedo
oculta al ser
hubiera apartado la esperanza
que nos roba el momento
hubiera cruzado sin tristeza
el río de cada día
hubiera hecho mi morada
donde la memoria no hiere
hubiera sido otro
y no el que traza estas líneas
No obstante enseñas sosiego
para empezar un desaprender.
Después de los 92 años Rafael Cadenas, el poeta homenajeado con el Premio Cervantes decide empezar algo, más aún, decide empezar a desaprender.
Ante el peso de la edad y sus devastadoras consecuencias, no hay resignación para este gran poeta venezolano. Desaprender es una actitud más digna y combativa, más entusiasta que resignarse.
La vejez invita a muchos a resignarse, Rafael Cadenas (en cambio) seguro habrá aprendido algo nuevo, sobre todo ahora que cumplirá años este próximo 8 de abril. Nacido en 1930 en Barquisimeto, Venezuela, hoy es simplemente un poeta del mundo.
La invitación para unirse a festejarlo queda abierta…
En lo personal tomé algunos de sus versos de los libros anteriormente citados e hice otro poema, el suyo (son sus palabras), pero en mi caprichosa lectura:
Pedimos un vacío dónde alojarnos.
Tal vez otro camino
nos esperó en vano.
Así el viejo samurái
lamenta haberse dedicado
a la guerra, en vez de vivir.
Así el viejo poeta
se habita
con el desnudo no saber.
Lo que salvamos de los escombros
es la mirada, un regusto
de claridad
en apertura
y dándose al asedio.
Todas estas líneas que trazas
no aguardan la iluminación,
tan solo
son palabras.
No importa la intemperie
si finalmente te vuelves espejo.
Todo lo que escribimos,
desdeñado o aceptable
nos pertenece.
Vale decir, es de muchos.
…
Próximamente se estarán donando a la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria de la UANL los siguientes tres ejemplares:
Sobre abierto, Editorial Pre-Textos 2012.
En torno a Basho y otros asuntos, Editorial Pre-Textos 2016.
A Rilke, variaciones, Galaxia Gutenberg 2024.