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¿Por qué leemos literatura policiaca?

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¿Por qué leemos literatura policiaca?

Por José Luis Martínez Canizález

En un ensayito dedicado a la novela policiaca, Alfonso Reyes cita una anécdota de una conversación que sostuvo con un psiquiatra cuando lo descubrió con una novela policiaca en la mano y le preguntó —¿También usted lee estas cosas? —, a lo que Reyes respondió que sí, que era un gran aficionado, aunque solamente porque le ayudaban a descansar. Más adelante, citando a otro crítico señala que la literatura policiaca es un género vergonzante ya que, si bien muchas personas la consumen, al ser sorprendidas leyendo alguna de estas novelas se disculpan abochornadas.

Cuando en 1945 Reyes escribió su defensa del género policiaco, las novelas de este tipo se consideraban un género menor, subliteratura, pues se afirmaba que no tenían la hondura de la “novela oficial”, como decía Reyes, quien cerró su ensayo señalando que “la novela policial es el género clásico de nuestro tiempo”.

Han pasado casi 80 años de este texto de Reyes y la literatura policiaca goza de cabal salud, además de que a nadie se le ocurriría pensar (aunque puede haber por ahí todavía alguna persona despistada que así lo considere) que solamente sirve para divertir, aunque ya con esa característica sería suficiente para leerla. La literatura policiaca contemporánea está imbricada con la realidad social, con el crimen y el misterio, pero también con los sentimientos, emociones y preguntas que se plantean los seres humanos, amén de que no se queda atrás en el uso de recursos estéticos como el resto de las obras literarias.

Ahora bien, qué es lo que nos convierte en devoradores de relatos policiacos. Ante esta pregunta, se han planteado diversas respuestas, que van desde la distracción o evasión, pasando por la posibilidad de recorrer las calles, ciudades y lugares donde se mueven los personajes, hasta el análisis de las sociedades contemporáneas, como pasa con el género negro. Para David Roas, y coincido con él, son tres los elementos fundamentales que caracterizan al género desde que nació y que explican su popularidad y larga vida: el interés por el misterio, la atracción por el mal y la dialéctica orden/desorden. Para Roas, estos tres aspectos son la razón de que sigamos leyendo literatura policiaca.

Quienes nos sentimos de alguna manera atraídos por estos elementos, queremos acompañar a los personajes en la develación del misterio, o queremos compadecernos de las víctimas, o nos identificamos con el pensamiento del asesino y sacamos a nuestro pequeño monstruo a pasear, con la certeza de que nuestros sueños criminales ocurren solamente en las páginas de los libros y que se quedarán ahí, después de la liberación catártica que ha significado la lectura de esas historias.

En ocasiones, tal vez este gusto lo disfracemos, porque todavía nos da cierta vergüenza que, siendo profesores o estudiantes de Letras, en vez de leer literatura clásica andemos leyendo literatura policiaca y digamos que solamente lo hacemos, como decía don Alfonso Reyes, “pa diveltilnos”. En fin, sea por las razones que sean, aquí seguimos, ya que una vez que uno empieza con esta afición, es prácticamente imposible abandonarla. Desde este espacio les invitamos a revisar autores representativos de este género, desde los clásicos de crímenes de cuarto cerrado, hasta los más recientes del género negro.

Para quien desee iniciarse en la literatura policiaca, van las primeras recomendaciones:

  • Edgar Allan Poe: “El doble asesinato de la calle Morgue” y “La carta robada”.
  • Ernest Hemingway: “Los asesinos”.

Los cuentos de Edgar Allan Poe son representativos del relato policiaco clásico y el cuento de Hemingway está más identificado con el género negro. Espero en un futuro ir aclarando las características de estas dos expresiones literarias. Hasta la próxima.

Referencias

Reyes, Alfonso. (1996). “Sobre la novela policial” en Obras completas de Alfonso Reyes, tomo IX. Pp. 457-461. FCE

Roas, David. (2005). “Por qué leemos (todavía) novelas policíacas” en http://www.revistasculturales.com/articulos/43/quimera/369/1/-por-que-leemos-todavia-novelas-policiacas.html

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