Habrá descanso: la poesía de Sara Teasdale
Por Ciro J. Martínez
“La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono” escribe Octavio Paz al comenzar el ensayo “Poesía y Poema” en El arco y la lira, lo cual pienso que describe a la poesía como una forma de conocer lo que yace dentro de nosotros: nos salva de la realidad, nos da el poder de cambiar el mundo; y es un abandono de nosotros mismos para renacer de nuevo tras el abandono. Esto mismo hace Sara Teasdale en su poesía.
Sara Teasdale (1884-1933) fue una poeta estadounidense, ganadora del Columbia Poetry Prize en 1918 —el actual Premio Pulitzer— y el Poetry Society of America, ambos por su libro Love songs. La vida que ella pasó la hizo anhelar el amor, como demuestra en sus libros Helen of Troy and other poems (1911) y Rivers to sea (1915); dicho anhelo se volvió común en su poética, que es muestra, o impulso, o necesidad de escritura.
En su libro Flame and shadow (1920) se publica un poema que tiene una carga impresionante en sus imágenes, tanto por lo que quiere decirnos como por su relación con el contexto histórico. El poema “There Will Come Soft Rains” es tanto una advertencia de la guerra como un cabo de esperanza tras la muerte en vida:
Van a venir lluvias suaves con olores de tierra
y golondrinas con sus cantos brillantes;
las ranas van a cantar en ríos por la noche
mientras los ciruelos se tiñen de blanco;
los petirrojos van a vestir de fuego
y a silbar sus deseos en alambradas;
y ni uno va a saber sobre la guerra, ni uno
va a darle importancia cuando hecho esté.
A nadie le va a importar, ni al ave ni al árbol,
si la humanidad no existiera.
y la Primavera, cuando despierte al amanecer,
apenas daría cuenta de que nos hemos ido.[1]
Desde luego, en este poema hay rastros de la Primera Guerra Mundial: la imagen del poema nos ambienta en un mundo destruido por la misma, un mundo en ruinas tras la destrucción. Se nos presenta una advertencia de lo que nos espera si llegamos al punto en que las bombas puedan consumir nuestra sociedad. Esto mismo lo retrata Ray Bradbury en su cuento homónimo. El cabo de esperanza dentro de este poema radica en otra significación de las imágenes: si vemos a la naturaleza como la vida y el mundo como el ser que ha muerto podemos notar que el poema nos da esperanzas de un nuevo amanecer, un renacimiento en plenitud, libre de una enfermedad que nos carcomía (el humano es la enfermedad, y el mundo es el ser que renace a través de la naturaleza). ¿Por qué tomar la poesía como una especie de terapia? Tal vez, como decía Paz, es salvación para el ser, para el alma. La esencia romántica yace dentro de las letras de Teasdale. Veamos el caso de “Buried love”:
Debajo de un árbol enterraré
a mi cansado amor,
en la alta y negra foresta
donde nadie más lo pueda ver.[2]
El recurso de la naturaleza en su poesía la vuelve en una tradición romántica por hablar de sus sentimientos y emociones combinándolos con la naturaleza. Es un modo de representación, no del mundo, sino del suyo: entra en la poesía del yo para expresar lo que hay dentro de ella, sus anhelos amorosos, sus deseos profundos, como en el poema “The Rose and the Bee”, donde la imagen de la abeja y la rosa son más que solo una abeja hablando con una flor:
Si yo fuera una abeja y tú una rosa
¿dejarías que entre cuando, gris, el viento sople?
¿Dejarías tus pétalos bien sostenidos,
para que entre y encuentre tu corazón
si fueras una rosa?
—Si yo fuera una rosa y tú una abeja
nunca habrías de irte cuando a mí vengas,
así mantendría mi amor en mi corazón,
cerraría mis hojas y me mantendría firme
si fueras una abeja.[3]
Por tanto, la naturaleza en la poesía de Teasdale es una representación del mundo que yace dentro de ella, pues en su vida hubo muchos sucesos que la hicieron pasar por luchas internas, como su infancia marcada por enfermedades, el divorcio que tuvo con Ernst Filsinger, y el suicidio de su expretendiente, el poeta Vachel Lindsay. Con todo esto y más se suicidó en 1933. Ese mismo año, antes de su culminación, publicó su último libro: Strange victory, en el que plasma sus deseos y anhelos, como en el último poema, “Habrá descanso”, en el que muestra su cansancio y deseo de respiro:
Va a haber descanso, y con certeza brillantes estrellas
sobre las azoteas coronadas con nieve,
un reino de descanso, sereno olvido,
la música de tranquilidad santa y leve.[4]
La poesía de Sara Teasdale es una búsqueda del yo a través de la expresión poética en la que utiliza la naturaleza a modo de metáfora para expresar y plasmar lo que desea, anhela o teme, sea el amor, la soledad, la guerra, el abandono, el deseo de la muerte o el descanso pleno. En versión española existen dos antologías de poesía, uno a cargo de Juan Carlos Villavicencio, publicada por Descontexto Editores (Chile, 2018), con el título Llegarán suaves lluvias; y otra a cargo de María Ramos, publicada por Harpo Libros (Madrid, 2017), titulada como Canciones de amor. Estas dos traducciones son un buen acercamiento a la obra de Teasdale en lengua española, aunque no está de más invitar a los lectores de poesía que echen una leída a los poemas en su idioma original en inglés, pues, a fin de cuentas, la experiencia es la misma: la salvación del lector.
[1] Traducción de Ciro J. Martínez
[2] (Fragmento) Traducción de Juan Carlos Villavicencio
[3] Traducción de Ciro J. Martínez
[4] (Fragmento) Traducción de Ciro J. Martínez