Del exilio a la contemplación y de ahí a recuperar lo perdido

Nada que no queme y disuelva en las tierras extremas donde cuaja un exilio, e internarse en esa margen árida no es vocación que atraiga. Allí no se llega por vocación, se va obligado, pero en ciertos seres, diferenciados del común de los mortales, valorar la vida trae consigo no sólo disponerse a una entrega…